viernes, 2 de octubre de 2009

DISTRITO 9. Como una perfecta campaña publicitaria puede ayudar al éxito de una película....o no


Distrito 9 es un film dirigido por el novel Neill Blomkamp que indaga en las confrontaciones entre razas (alienígenas en este caso), las discriminaciones sociales y los problemas que surgen en dichas relaciones. No es casualidad que la cinta se desarrolle en Johannesburgo, ciudad siempre asediada por las herencias del apartheid y con eternas disputas raciales.
La película tiene dos partes muy bien diferenciadas. La primera rodada en clave documental nos va mostrando paralelamente diferentes opiniones (expertos, personajes cercanos al personaje principal, habitantes de la ciudad afectada por el “problema alienígena”...) con imágenes del protagonista y su devenir en la trama hasta que él mismo se convierte en la historia. La segunda parte se centra en la resolución del problema planteado y como toda película de acción, que es en lo que se convierte el film en esta parte, asistimos a un chorreo de persecuciones, disparos, explosiones y luchas mano a mano entre los personajes.
La primera parte sobresale respecto a la segunda, mostrándonos un ejercicio documental que nos ofrece varias vías de información que confluyen en el protagonista. El antihéroe esta interpretado por Sharlto Copley, actor desconocido que obtiene el aprobado más por mérito propio que por exigencias del guión.
Resaltar como dato importante el hecho de que en el minuto cinco de la película se decide mostrar los alienígenas al espectador, descartando a las primeras de cambio cualquier inquietud que pueda generar su visión. A pesar de dicha maniobra, el director consigue mantener eficazmente el interés en el transcurso de esta parte inicial.


Como amante del género que soy y viendo las expectativas que la película había generado, me gustaría plantear dos formas diferentes de marketing por los que pasa un film hasta que llega a las retinas del espectador. Antes de pasar al planteamiento de estos dos casos, convendría escribir sobre la raíz de la cuestión de lo que nos ocupa.
La ciencia ficción es un género en desuso, bien por los presupuestos ultramillonarios necesarios para llevar a cabo los proyectos o bien por el poco interés que suscita en el público y por consiguiente en las productoras(parada obligatoria para rememorar el encanto del cartón piedra de las películas clásicas de la scifi, que con presupuestos ajustados obtenían magníficos resultados). Las pocas incursiones que se han hecho en los últimos años son mas por imposición o capricho que por un interés puro por la ciencia ficción o sus temáticas. Que conste que esta opinión, extremadamente personal, no me la he sacado de la manga, si no que la he cultivado en los últimos años viendo los resultados fílmicos que hemos obtenido por parte de la industria del séptimo arte. También aclarar que esta opinión esta orientada hacia la scifi más clásica: naves espaciales, alienígenas, espacio exterior...... Por todos es sabido que tanto este género como el fantástico, incluso el terror, han experimentado en los últimos años unas mutaciones o vías de escape que les han permitido oxigenarse y abrir nuevas puertas. Pero este no es el caso que nos ocupa.

Planteamiento 1
Nueva película de ciencia ficción. Bombardeo publicitario: paradas de autobús, postes de publicidad, varios trailers en televisión, espacios culturales en telediarios, programas de cine, prensa, portales informativos de internet con banners....
El objetivo de la campaña esta conseguido: incitar al público en general a ir al cine, levantar expectación en los cinéfilos y sobreexcitar a los amantes al genero. La conclusión de todo este camino seria que el estreno no está a la altura de las expectativas y que el primer visionado decepciona.
Planteamiento 2
Muy poca gente conoce la cinta, excepto algunos freaks desperdigados por el globo, por el bajo presupuesto que tiene la película. Solamente se encuentra en un par de cines de las capitales, y a última hora se desestima su paso a DVD directamente en España por una oferta del circuito de cines underground.
La conclusión en este caso sería que el descrubimiento del film sería gratificante, dejando de lado los altibajos en el guión, alguna que otra conversación insulsa y gags cómicos no muy logrados. Digamos que la englobaríamos en la serie B.


Con este planteamiento no quiero dar una opinión negativa sobre las campañas publicitarias masivas o exponer que no sirven de nada, sino que esta campaña en concreto ha jugado en contra de la película (también aclarar que los productores del film, entre los que se encuentra Peter Jackson, discreparán sobre mi opinión, sobre todo en clave monetaria), y antes de su estreno ya había adquirido erroneamente el estatus de gran película o de culto. Existen campañas publicitarias perfectas, con fines muy comerciales, que están a la altura de la obra; sin ir mas lejos tenemos el ejemplo de Wall-e.
En resumen, el propósito de este post no es otro que dar a Distrito 9 un voto de confianza, e intentar verla extraído de toda la maraña publicitaria que la rodea, cosa que resulta imposible ya que en la época que vivimos la manipulación visual y sensorial es una de las mayores fuentes de ingreso que existe y nosotros la sufrimos a todas horas y en todos los lugares.
Como apunte final, agraceder que todavía haya gente interesada en retomar la ciencia ficción, y que además muestre el género como medio para plantear otras cosas, sin caer en discursos banales o pretenciosos, mostrando las cosas tal y como son. No creo que el objetivo de Distrito 9 sea crear una obra maestra, ni intentar llegar mas allá de donde puede, si no la de intentar hacer pasar un buen rato viendo una película con un transfondo político sin muchas pretensiones, y rescatar un género aunque sea momentáneamente para que no caiga en el olvido.
Y como paradoja al post, dire que la campaña publicitaria es increible y la labor de diseño impresionante.

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